viernes, 1 de enero de 2010

Virreyes de México 1755-1766

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Agustín Ahumada y Villalón (1755-1760)

Fue un militar que desempeñaba el gobierno de la ciudad de Barcelona al designado virrey de la Nueva España, cargo que desempeñó del 10 de noviembre de 1755 hasta su muerte acaecida en la ciudad de México el 5 de febrero de 1760. En 1756 se ocupó de arreglar irregularidades del clero de Puebla, el que concedía autorización a personas de poca confianza para la fabricación de aguardiente y para explotar casas de juego.

El virrey, efectivamente, ya tenía algún tiempo estar enfermo, murió y fue sepultado en la iglesia de la Piedad.




Francisco Echeverri (1760)


Cuando murió el marqués de las Amarillas, la Real Audiencia de México abrió el pliego de mortaja y encontró que se nombraba virrey interino de Nueva España al gobernador de Cuba, de febrero a junio.

Francisco Antonio Cajigal de la Vega (1760)

Nacido en Hoz de Anero (Ribamontán al Monte) en 1695. Como militar participó en el sitio de Gibraltar en 1727 y, cinco años más tarde, en la conquista de Orán. En 1738 fue trasladado a Santiago de Cuba, donde ya teniente general, comandó la defensa contra el asalto británico en 1742.

Fue durante 13 años gobernador de Cuba, de 1747 a 1760, cuando se convirtió, durante cinco meses, en virrey de Nueva España, administran toda la colonia española. De regreso a España participó en la guerra de los Siete Años contra los ingleses. Hizo su entrada en México el mismo mes y se ocupó de inmediato en revisar el estado de cuentas de la hacienda; concedió libranza de derechos por diez años a los productos provenientes de La Florida y de Panzacola, con lo que ayudó mucho a la economía de aquellas lejanas gubernaturas; declaró libres de alcabalas los productos de hierro y acero, para el beneficio de la minería. Para aumentar los ingresos vendió los derechos de naipes y de recaudaciones de la Aduana de Veracruz, por cinco años. Hizo ascender los efectivos del ejército a 3,000 hombres y a su hijo lo nombró comandante de la compañía a caballo de los guardias virreinales.

Como Fernando VI había muerto subió al trono español el rey Carlos III y fue expedido un indulto general que sin embargo no agració a muchos presos porque estaban en las excepciones. Este virrey no fue honrado y dispuso que se le otorgara un sueldo muy alto y se le cubriesen los gastos, muy caros, de su viaje de ida y de regreso a La Habana, a donde llegó de nuevo como gobernador. Falleció en su localidad natal a los 82 años de edad.

Joaquín de Montserrat (1760-1766)

A principios de 1760 fue nombrado virrey de la Nueva España don Joaquín de Montserrat, marqués de Cruillas, quien el 19 de septiembre del mismo año recibió en Otumba el bastón de mando y entró a la ciudad capital del Virreinato el 6 de octubre. Desde un principio este virrey se ocupó en desarrollar un plan que tenía para organizar un verdadero ejército colonial.

Para arreglar administrativamente a la Nueva España arribó el visitador don José de Gálvez, con plenos poderes para introducir reformas de fondo y nuevos conceptos en el manejo de la economía del Virreinato.

Gálvez, después de realizar muchos viajes al interior del país y de observar y estudiar todos los problemas que eran planteados en el Virreinato, empezó a intervenir, por lo que el virrey se disgustó, renunció al cargo y regresó a España.

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