miércoles, 30 de diciembre de 2009

Virreyes de México 1642-1649

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Juan Palafox y Mendoza (1642)

Nacido en 1600, en el seno de una familia noble, fue consejero de Guerra con el Conde-Duque de Olivares. Más tarde se ordenó sacerdote y fue nombrado obispo de Puebla. Se le encargó realizar la visita general a Nueva España y la residencia a dos virreyes. Al ser destituido el marqués de Villena como virrey de Nueva España, fue nombrado como su sucesor y arzobispo de México, manteniendo el puesto de visitador y obispo de Puebla. Tuvo fama de buen político, emprendiendo obras públicas, realizando acciones a favor de la población india y reformando el clero. Se enfrentó en varias ocasiones a los jesuitas. En junio de 1649 el arzobispo Palafox salió para España, por órdenes de la Corona. Era escritor muy culto, gente honrada y trabajador incansable, de espíritu recto. Construyó y consagró la catedral de Puebla y fundó la famosa biblioteca palafoxiana. Siendo obispo en Osma, España, murió el primero de octubre de 1659.

García Sarmiento de Sotomayor: Segundo conde de Salvatierra y marqués de Sobroso (1642-1648)

Cuando se tuvo sospechas de que el marqués de Villena mantenía nexos con los rebeldes de Portugal, Felipe IV nombró al segundo conde de Salvatierra como virrey sustituto de la Nueva España y éste recibió el gobierno de México el 23 de noviembre de 1642 otra vez con el problema de una fuerte inundación, porque el tajo de Nochistongo se azolvó y las aguas de la laguna de Zumpango pasaron a la de México. El virrey hizo limpiar el tajo y por lo pronto desapareció el peligro.

Envió una expedición a California, que no tuvo el buen éxito deseado; reconstruyó los acueductos que surtían de agua a la ciudad, llevó a cabo el establecimiento de algunas poblaciones en el centro del país, siendo la principal Salvatierra que llevó ese nombre en su honor; logró dominar levantamientos de algunas tribus indígenas y construyó el presidio de Cerro Gordo, en el camino de México al mineral de Parral; reguló con mucho cuidado las percepciones de la Hacienda Real y estableció el uso de papel sellado para los trámites legales y administrativos.

El 13 de mayo de 1648 entregó el gobierno al nuevo virrey, el obispo de Yucatán don Marcos Torres y Rueda. El marqués de Salvatierra marchó año Perú para hacerse cargo de aquel virreinato y cuando terminó su gobierno se quedó a vivir en Lima, donde murió el 26 de junio de 1659.

Marcos de Torres y Rueda (1648-1649)

El obispo Torres y Rueda era originario de la Villa de Almazán, en España; estudió en la Universidad de Alcalá de Henares con mucha distinción. El rey Felipe IV solicitó del Papa que se le nombrara obispo de Yucatán, por lo que embarcó hacia Veracruz. Tomó posesión del cargo de religioso en Mérida ese mismo mes, pero ocurridos los sucesos que acabaron en la destitución del virrey Villena, el rey dispuso que se encargara del Virreinato de la Nueva España el obispo Torres y Rueda, además presidente de la Audiencia mientras se nombraba a un virrey titular.

Durante el gobierno muy corto de Torres y Rueda la Inquisición de México llevó a cabo, el 11 de abril de 1649, un gran auto de fe en que se castigó a 107 sentenciados, que fueron muertas a garrote vil. El obispo-virrey estaba enfermo y no pudo asistir a tan terrible espectáculo. Murió el mismo mes de abril, dejando el gobierno interino a la Audiencia.

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